Historia de la Casa del Vino

Breve historia de la Casa del Vino de Tenerife

La Casa del Vino de Tenerife está en la rojiza Hacienda de San Simón, un digno ejemplar de clásica edificación rústica con el sello constructivo de las diferentes etapas que ha vivido a lo largo de su historia.

Pero no nos precipitemos, que como toda finca con solera que se precie, la de la Casa del Vino de Tenerife tiene un relato que se remonta mucho tiempo atrás…

Mediados del siglo XVII. El comerciante sevillano Simón de Herrera Leiva descubre que El Sauzal, municipio de Tenerife, tiene un sector de gran potencial: el vitivinícola, que ya por entonces tenía gran peso en la actividad del territorio.

Como todo buen comerciante, decide hacer crecer sus negocios: adquiere tierras, se integra en la élite agraria de la época y construye una sede.

Ese centro de operaciones es la Quinta de San Simón de El Sauzal, que alberga el cuarto de aperos, estancias para la familia y los medianeros, bodega… todo alrededor de un gran patio que articula las diferentes piezas.

Un complejo que se conserva en perfecto estado gracias a que el Ayuntamiento de El Sauzal lo adquirió en 1989 para cederlo al Cabildo de Tenerife en 1992.

El Cabildo se emplea a fondo en restaurarlo con la ayuda de los prestigiosos arquitectos Juan Carlos Díaz-Llanos La-Roche y Fernando Beautell Stroud, obteniendo un resultado inmejorable.

Con la Hacienda de San Simón rehabilitada, ya solo queda abrirlo al público como buque insignia de los vinos de la isla en 1995 y, posteriormente, del resto de la familia de productos de nuestras tierras, cuando la Fundación Tenerife Rural se encarga de la gestión.

Hoy es un conjunto arquitectónico singular también conocido como Casa del Vino y el encargado de difundir y representar la cultura del vino y del resto de productos agrícolas tradicionales de Tenerife, que forman parte de su historia.

Si le apetece conocer más sobre la evolución de esta preciosa edificación que es hoy La Casa del Vino de Tenerife, visite los museos, pasee por el jardín de viñas o apúntese a una degustación.

Y si quiere, con la compañía de una ruta autoguiada, fiel relatora que le sigue el ritmo.