Hortalizas y frutales

HORTALIZAS

En Canarias poseemos una enorme diversidad de hortalizas que se han cultivado en pequeños huertos de las Medianías y han formado parte de la agricultura de subsistencia y del mercado interior. Una enorme riqueza de variedades de calabazas, bubangos, millo, coles, pimientas o tomates, que dan un valor inigualable a nuestros platos tradicionales en cuanto a sabor y calidad, enriqueciendo además nuestro patrimonio cultural, agrícola y gastronómico.

Pimientas de Tenerife

En Canarias se distingue entre pimiento y pimienta. El primero hace referencia a frutos grandes, carnosos y no picantes. La pimienta sin embargo se refiere a frutos de carne delgada, dulces o picantes, generalmente cultivados en pequeñas huertas familiares. En el campo tinerfeño se ha conservado una gran diversidad de variedades locales de pimienta, que se distinguen y se nombran, por su aspecto, su sabor o su procedencia encontrando por ejemplo las pimientas picona, cuerno de cabra, palmera, corazón de paloma, de campana, o dulce.

Ajos de Tenerife

En Tenerife, los ajos son muy apreciados por ser un condimento habitual en numerosos platos de la cocina canaria. La gran diversidad y el intenso sabor son especialmente valorados, siendo de calidad reconocida los ajos cultivados en la zona de Tejina, en el municipio de San Cristóbal de La Laguna, o en los barrios de Arguayo y El Molledo, pertenecientes al municipio de Santiago del Teide. Con los ajos del país se elabora el tradicional mojo canario y también adobos y majados, imprescindibles en nuestra gastronomía.
Existen multitud de variedades como los ajos criollos, de cabeza grande, de cabeza menuda, gomero,… Asimismo, son muy apreciados los ajos porros, también llamados grandes o canarios, cuyas vistosas flores aún pueden verse en pequeñas huertas familiares.

Cebollas de Tenerife

Las variedades de cebollas cultivadas en Tenerife son de sabor suave y fueron tan apreciadas que llegaron a importarse al continente europeo. Existen multitud de variedades locales adaptadas a nuestras latitudes y es habitual encontrarlas trenzadas en ristras. Una de la más conocida es, probablemente, la cebolla de Guayonge, cultivada mayoritariamente en los municipios de Tacoronte, El Sauzal y Valle Guerra. Es una cebolla de color morado oscuro y un apreciado sabor dulce. Otras variedades que destacan por su calidad son las propias del noroeste de la Isla, como la cebolla de Masca, la del Carrizal Alto, la del Carrizal Bajo y la cebolla ramblera, originaria de San Juan de la Rambla.

El mojo, la rica salsa

Los mojos identifican a la cocina canaria, enriqueciendo, con su sabor característico, a muy diferentes platos. Así, verdes o rojos, acompañan carnes, pescados, papas… mediante una sutil combinación de ingredientes, entre los que destacan el aceite, los ajos y las pimientas locales, que, junto a diferentes especias, transmiten singulares características de gustos y aromas.

FRUTALES

En las medianías de Tenerife existe una enorme diversidad de variedades de frutales que llegaron en su mayoría en los primeros años tras la conquista castellana, como es el caso de los manzaneros, castañeros o perales. En otros casos, como en la higuera, ésta ya se encontraba presente desde la época aborigen. Se cultivan sobre todo en los bordes de las huertas, jugando un importante papel en la agricultura de subsistencia, al proveer alimento, aportar sombra durante las labores de labranza, alimentar al ganado e incluso aprovechar la madera de algunas especies.

Los castañeros de Tenerife

Desde su introducción en la isla por los conquistadores castellanos, las castañas se integraron, no solo como alimento para la población tinerfeña, sino que su madera sirvió para la elaboración de muebles y las varas o chupones han tenido gran relevancia en la cestería tradicional. Son más de 20 variedades diferentes las que se cultivan en Tenerife, sobre todo en la Comarca de Acentejo y el Valle de La Orotava. Redonda, culochico, castagrande, picuda, mansa o arafera son algunas de las variedades más significativas, las cuales pueden distinguirse tanto por la forma y el tamaño de la castaña como por su sabor.

Los almendros de Tenerife

En el pasado, el cultivo del almendro ocupó amplias extensiones de la geografía insular, destacando municipios como Santiago del Teide, Guía de Isora y Vilaflor. Tal fue su importancia que incluso se llegó a exportar almendra a América y Europa, fundamentalmente Reino Unido, durante finales del siglo XIX y principios del XX.
Cada comienzo de año, las medianías del sur de Tenerife se visten de blanco y rosado con la espectacular floración de los almendros, recordándonos la importancia que tuvo este frutal en otra época.

Los perales de Tenerife
Los perales se cultivan en las medianías de toda la Isla, normalmente como pies aislados aunque también en bordes de huertas, contando con una enorme diversidad de formas, colores o sabores. Así, son bien conocidas las peras sanjuaneras, de agua, de manteca, parda, pierna de monja o calabazate.

Tienen una gran adaptación a diferentes climas y suelos, pudiéndose consumir su fruto de diferentes formas (frescas, en puchero, conservadas en almíbar, en repostería, etc.), lo que lo hizo un cultivo clave en la agricultura de subsistencia.

 La tradición del dulce

La tradición dulcera de Tenerife se remonta al siglo XVI, con la introducción de las plantaciones de caña de azúcar. De los distintos productos obtenidos de su refinado en los ingenios surgió una rica repostería que ha llegado hasta la actualidad a través de una continuada tradición artesana. Popularmente, y también en los conventos, se han seguido elaborando una gran variedad de dulces y postres en los que la almendra tiene una presencia destacada.